Según la filosofía que le da base teórica al Yoga, la filosofía Sāṃkhya, la materia (Prakṛti) está compuesta por tres tipos de cualidades o modalidades. Estas cualidades de la materia son llamadas en sánscrito Guṇas. Sigue leyendo para conocer más sobre cada una de estas cualidades y cómo el Yoga se vale de ellas en beneficio de nuestra práctica espiritual.
En el artículo anterior titulado Los dos principios del cosmos según el Yoga se explicó que tanto el Sāṃkhya como el Yoga postulan que todo lo que existe (manifiesto e inmanifiesto) parte de dos principios universales y eternos: la Materia (Prakṛti) y el Espíritu (Puruṣa).
Prakṛti, que también puede ser traducido como «naturaleza», implica todo lo que puede ser percibido en el plano material por uno o varios de nuestros sentidos, sea que lo podamos ver o no. En lo que respecta a nosotros como individuos, Prakṛti, no solo es nuestro cuerpo con sus partes, órganos y huesos. La mente, junto con sus procesos mentales, incluyendo el «Ego» o la personalidad, es parte de la materia y es ajena en consecuencia, al Espíritu (Puruṣa) .
Ahora bien, la Filosofía Sāṃkhya también postula que la materia está compuesta por tres cualidades o modalidades a las que llama Guṇas. Es frecuente toparse con la analogía de la cuerda hecha de tres hebras entrelazadas. Se dice que la materia es como la cuerda y los Guṇas son las hebras que la componen.

En todo lo que existe en el plano material van a estar presentes estas tres cualidades, la numerosa diversidad de formas y seres que encontramos en la naturaleza, se dice que es producto de las diferentes proporciones en que se combinan estas cualidades.
Para entender todos esto y su aplicación dentro del yoga, debemos tener presente que según el Sāṃkhya la Materia antes de manifestarse se encuentra en un estado en donde los Guṇas reposan en igualdad de proporciones. Cuando el equilibrio entre los Gunas se pierde es que se producen las infinitas formas y seres que componen la naturaleza.
Cuando se manifiestan estas formas, los espíritus ( Puruṣas) se experimentan a través de la Materia (Cuerpo y Mente) al punto de identificarse con ella y olvidar lo qué son en realidad. Nos creemos que somos este cuerpo, esta mente y los roles que interpretamos.
Los Guṇas en las técnicas yóguicas
El yoga y sus técnicas persiguen, de conformidad con lo anterior, acercarse a ese estado primordial en el que los Guṇas estaban en equilibrio y por ende, la Materia existía de forma no manifiesta. De esta manera, el Espíritu se dejaría de identificar con la Materia y podría experimentar lo qué es realmente.
Pero si se quiere trabajar para equilibrar estas tres cualidades, primero debemos conocerlas. Ellas han sido llamadas en sánscrito Sattva, Rajas y Tamas.
Sattva es claridad, conocimiento, bondad, paz y luminosidad, entre otros.
Rajas es actividad, pasión, dolor, confusión, pero también creatividad.
Tamas es pesadez, inmovilidad, torpeza, dureza, ignorancia y oscuridad.
El yoga busca aumentar Sattva y reducir Rajas y Tamas. En esa medida el camino hacia la experiencia de nuestra verdadera naturaleza se abre. Pero no significa que Rajas y Tamas sean «los malos de la película».
Lo que ocurre es que el estado en el que nos encontramos al identificarnos con estos cuerpos y mentes, es por defecto más Rajásico y Tamásico, que Sáttvico. Entonces nos toca colocar más empeño en todo aquello que favorece Sattva.
Sin embargo, también hay que cuidarse del exceso de Sattva que nos hace proclives al orgullo espiritual y nos vuelve incapaces de ver otras realidades o puntos de vistas como válidos.
Así que los tres Guṇas son importantes, digamos que ninguno es más importante que el otro. De hecho las prácticas y técnicas del Yoga se valen de los tres.
Esto los explica muy bien el maestro Eddie Stern en su libro titulado «One Simple Thing». Lo primero que nos recuerda este maestro es que el Yoga no se trata de otra cosa sino de superar los obstáculos de la mente que nos impiden experimentar nuestro verdadero ser. El Yoga se trata del dominio de la mente.
En la mente, dice Stern, la cualidad Sattva es conocimiento, Rajas es acción (que implica esfuerzo) y Tamas es memoria.
Valiéndose de lo anterior, el yoga en la práctica de posturas emplea el movimiento (Rajas), cuando pasamos de una postura a otra y la permanencia en la postura (Tamas) que imprime en la memoria las sensaciones y estados del momento. Así no sólo se genera memoria muscular, también se generan impresiones positivas de la experiencia de calma mental que se experimenta en la postura.
El proceso anterior aumenta el estado sáttvico porque nos permite acercarnos a esa calma propia de los estados de concentración y meditación que es propia de esta cualidad.
Otro tema importante, relacionado con los Guṇas y su vinculación con las técnicas que potencian nuestra práctica espiritual, tiene que ver con lo que consumimos y percibimos a través de los cinco sentidos. Recordemos que todo lo que existe en el plano material está conformado por estas tres cualidades, así que los alimentos, lo música que escuchamos, lo que vemos, los ambientes en los que permanecemos, de acuerdo a su constitución influirán favoreciendo una u otra cualidad en nuestro cuerpo y mente.
Alimentos que favorecen cada cualidad
En el caso de los alimentos, se dice que aquello que crece por encima de la tierra mientras más cerca al sol, son más sáttvicos. Mientras que aquellos que crecen por debajo de la tierra o cercanos a ella son más tamásicos. Una guía resumida pudiera ser la siguiente:
- Favorecen Sattva: Frutas, hojas, miel, lácteos poco procesados, vegetales frescos y granos
- Favorecen Rajas: Comidas especiadas, salada, deshidratada, café, pescados, huevos, chocolates
- Favorecen Tamas: Carnes rojas, pollo, cerdo, cebolla, ajo, fermentados, comida extra procesada y congelados.